Bajo el sol inmisericorde de la ola de calor, El Capitán, danzadores y vecinos cumplieron la tradición centenaria

Una de las fiestas populares más antiguas de España es El Capitán de Frías que, cada año, recuerda la defensa de sus fueros por parte de los fredenses sin importar el esfuerzo que requiera.
Este año el calor fue el protagonista de este evento que comenzó con la misa del Capitán en la Parroquia de San Vicente Mártir y, una vez concluida, la recogida de la bandera que ondea en la Casa Consistorial por parte del Capitán.
Tras ser alabado por los danzantes con la tradicional fórmula  'A la salud del Capitán' y su acompañamiento, 'que Dios le guarde por muchos años, Que viva', comienza su camino por las calles de la ciudad hacia el puente medieval. A este 'paseo' asisten, además de los danzadores, dulzaineros y redoblante por las autoridades, vecinos y visitantes de la ciudad, así como por caballos enjaezados.
Cabe destacar que, pese a no ser una distancia excesiva, durante todo el trayecto los danzadores repiten de forma continuada el peculiar baile de la fiesta.
Este año, pese a una temperatura que rondaba los 40 grados y sin apenas zonas de sombra, se mantuvo el ritmo tanto de los mayores como de los más pequeños que, vestidos a la usanza tradicional, acompañaban a la comitiva.
Igual temple mostró el actual Capitán, manteniendo la tradición, tras cruzar el puente medieval por el camino tradicional ejecutando el primer revoloteo de la bandera siendo premiado por los entusiastas aplausos de los asistentes.
Sin perder el tempo de la fiesta, se retornó a la ciudad con la parada en la era de San Juan donde se lleva a cabo el segundo revoloteo con dos series de movimientos.
En el transcurso de estos actos, el Capitán, que lleva la bandera al hombro, hace una reverencia respondiendo a los vivas de los danzantes, quitándose el sombrero antes de revolotear la bandera a ras de suelo formando solamente una sola serie de movimientos.
Tras ello, se regresa a la ciudad acompañados por los cánticos de las mujeres por el camino de la Rueda. Allí se realiza el tercer revoloteo en la plaza del Ayuntamiento, tras lo que la bandera retorna al balcón de la Casa Consistorial.
Este formato apenas ha cambiado en más de medio milenio tal y como atestiguan los antiguos documentos que se remontan al año 1481. El pasado siglo se modificó la tradicional fecha del 24 de junio por el domingo más cercano a esta fecha.
Igualmente, la indumentaria del el Capitán ha experimentado cambios conforme pasaban los siglos y, actualmente, el uniforme que luce está inspirado en las ropas militares del siglo XIX.

Fuente de la noticia: 

Correo de Burgos

G. GONZÁLEZ / Frías
27/06/2011