Con una inversión de 90.000 euros se está acondicionando el entorno natural • Se trata de un enclave privilegiado y con leyenda

 

El entorno natural de la ermita de Tobera está siendo acondicionado con una inversión superior a los 90.000 euros que aporta la Junta de Castilla y León, dentro de su línea de apoyo a la Mancomunidad Raíces de Castilla, integrada por los municipios de Frías, Oña y Poza. Se trata de un enclave privilegiado en el que se ubica la ermita de Nuestra Señora de la Hoz que parece estar tallada en la misma concha de piedra que la cobija. El edificio es también de toba, organizada al gusto de los arquitectos góticos. En el Medievo esta iglesia balconada sirvió además de hospedería a los peregrinos que iban a Santiago. En el interior de este pequeño templo está la imagen del Santo Cristo auxiliador, visible desde la calle a través de un arco enrejado. El crucifijo tiene una gran culebra a sus pies. Cuenta una leyenda que por este camino romano pasaba un día un correo de la reina castellana, al que le salió una serpiente gigante al cruzar el puente de Tobera. El caballo se encabritó y se desbocó con el jinete a lomos. Pero el mensajero se encomendó al Santo Cristo de los Remedios y milagrosamente salió ileso del fatal accidente. Por ese motivo mandó construir junto al puente una pequeña ermita. Con leyenda o sin ella, el lugar es uno de los rincones más especiales y llenos de encanto que posee la comarca. Su ubicación, casi escondida, sorprende al turista que nunca pasa de largo y lo elige como escenario para sus fotografías de recuerdo.

La Mancomunidad

La Mancomunidad Raíces de Castilla se puso en marcha hace casi 13 años cuando los entonces alcaldes de Frías, Oña y Poza presentaron oficialmente la ‘Ruta Raíces de Castilla’. A la cita acudieron 170 personas, incluido el director general de Turismo de la Junta de entonces, Dionisio Miguel Recio, quien dijo que el ‘triángulo’ aportaba «una distinción al mapa turístico de la región». Aquella declaración fue muy bien recibida y todos se pusieron manos a la obra para atraer visitantes y conseguir que se fueran contentos de haber estado en la zona. Desde entonces, las personas se han ido relevando, tanto los políticos como los técnicos pero el objetivo ha sido el mismo. En el año 2004, se constituyó formalmente la Mancomunidad ‘Raíces de Castilla’. Y los resultados están ahí. Las tres localidades ofrecen sus recursos de siempre muy mejorados y, además, los han complementado con otros muchos como el Centro de Interpretación de las Salinas y el Auditorio de Poza; la creación de la Ruta de las Cascadas de Tobera, las mejoras en el Monasterio de Vadillo y el Castillo en Frías; y la reforma del Teatro Nazaret, la apertura del Centro de Interpretación del Medievo y del Museo de la Resina en Oña. Además, se han señalizado rutas de senderismo, elaborado material promocional, asistido a ferias del sector, realizado estudios de mercado y lanzado a Internet.    

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Diario de Burgos